Primero fue el paseante, luego su juego, luego su observación y por último su trabajo.
D.U. define una forma de trabajar el urbanismo desde la calle, la pasión, la suciedad y la carne que se pasean por nuestras ciudades
(No más burocracia, por favor. Olvidaos de planes parciales, por favor)
D.U. es el proyecto personal de un peatón y arquitecto que se dio cuenta de que las ciudades no se hacen desde una mesa///
D.U. interpreta los signos que deja el paseante, los modifica, les da continuidad y los combina de nuevo: esboza nuevos significados y propone nuevos significantes/// D.U. es el trabajo de un arquitecto urbanista, y de cualquiera///

14 jun 2012

Las 7 Tesis Finales de Despojo Urbano

aquí están los carteles con las 7 tesis finales de este trabajo
el texto original podéis leerlo en esta página
esperamos que os haya gustado esta investigación
mañana termino la carrera
ya nos veremos por ahí... :)


17 may 2012

8. Alegato final (?)

A modo de despedida temporal, ahora que empieza a terminarse este trabajo tal y como me planteé hace ya bastante tiempo, no se me ocurre mejor manera de rematarlo que con estos 4 alegatos por la expresión ciudadana en las calles, por la libertad incontenible del peatón.
No habrá paredes limpias para nadie.
Viva la Calle.
¡LAS PAREDES SON DE QUIEN LAS TRABAJA!
...
...

12 may 2012

7. Cosas que pasaron aquí

La geolocalización imprecisa que descubrimos en Aquí estuvo alguien con El Lastra 2 veces es la gran inspiradora de esta intervención. Para nosotros aquélla fue una gran lección, y las reflexiones que obtuvimos entonces nos sirven ahora.
Diferimos en algunos matices, no obstante.


Por ejemplo, tratamos de variar sobre los juegos temporales: el cartel que visto de día te recuerda a la noche, y visto de noche, te sitúa en el presente (1); el cartel de la obviedad del presente continuo, aunque oculto (2); el cartel del pasado inexistente, de la memoria ignorada u olvidada (3); y el cartel del pasado presente, del pasado que continúa, de lo que fue, ha sido, está siendo (en el momento de pegar el cartel) y probablemente seguirá siendo (4).
... Los tiempos de la ciudad, los momentos del paseante y de las piedras siguen lineas que son de todo menos rectas.

Por otra parte, aunque no usamos apodo, escribimos en primera persona. Por un lado nos distanciamos del protagonista que habla; por el otro, habla un tal "yo", que en realidad puede ser cualquiera.
Queremos mantener la distancia justa entre la frase que habla de un hecho concreto, y la amplitud de este hecho, que permite que una gran cantidad de gente pueda sentirse vinculada.
... En secreto, aparece de nuevo el "tú" apelativo, demandante: lo primero que hace falta para poder llamarnos ciudad.

1 may 2012

6. Ciudad de Carne



Si el coño empringa tiene alguna virtud (y tiene muchas) es la de hacernos sentir la presencia de los cuerpos a nuestro alrededor, la carnalidad penosa o excelsa de la señora que se nos cruza, la del señor embigotado tan alegre.

Sólo queremos con estos carteles asomarnos a la brecha abierta entre lo distante y necesariamente pudoroso de las normales relaciones entre viandantes desconocidos, y las evidencias de sus cuerpos de carne, sangre y miles de gotitas de sudor, que pasan tan cerca.

Sexos, pies, órganos internos y escatología zombie están presentes en esta danza sin fin de los ciudadanos pululantes. Aunque a veces lo disimulemos muy bien, "una ciudad, además de cemento, es carne y hueso y sangre"...

19 abr 2012

5. Simplemente, nos gustáis

Lo que nos encantó de Simplemente, me gustas fue su sencillez, su evidencia, su despreocupación. Rotulador y pared blanca es todo lo que necesitó un anónimo romántico para alcanzar aquella pequeña cima amorosa.

Queremos devolver esa sencillez erótico/amorosa con la implicación de todo aquel que mire, aunque sea de reojo, esta intervención. Los cuatro espejos escritos con pintalabios (recordando esta entrada.... las referencias empiezan a entremezclarse, doblando significados) no tienen un mensaje objetivamente importante. Sin embargo, están dirigidos a nuestra parte íntima... porque han salido de un entorno íntimo, una historia que no conocemos pero que entendemos perfectamente.

///Por ejemplo, estamos entrando en un aseo lleno de vapor, alguien acaba de ducharse dejando un mensaje cómplice, unas marcas que sólo nosotros entendemos, un mensaje tan evidente de amor como vacío de significado para el resto del universo///
///Por ejemplo, después de un cola terrible en unos aseos a las 6 de la mañana, sale divertida una chica guardando el pintalabios.../// 


Estamos obligados a insistir de nuevo: amamos lo vital de las escrituras humanas fundamentales, marcadas sobre piedras en inanimada decadencia. Al contrario de lo que suele entenderse, son las escrituras, las manos que las escriben, los ojos del que las siente, los que sobreviven a la ciudad entendida como amontonamiento de piedras (aunque sean piedras armoniosamente dispuestas).
Porque el sujeto anónimo que deambula es igual y nunca el mismo, y cuando caiga la pared, habrá alguien paseando por allí para verlo bien.

Por último, también introducimos algo fundamental en este trabajo: la componente colectiva (chut, mensaje, tapiz). Nunca hay nadie absolutamente solo en una ciudad y nunca se podrá exigir sinceramente pureza o respeto por el trabajo de uno (en esto se equivocan los grafiteros).
Aquí cada espejo ha sido pintado por una persona distinta, chicas amorosas que han aceptado nuestra invitación, y con las cuales estamos en deuda (cada vez más).

31 mar 2012

4. El tapiz

En el texto que acompaña a la imagen en El tapiz sólo aparece una idea: que las paredes (las calles, las ciudades) tienen una vida, una historia. Su biografía nunca escrita incluiría todas las palabras escritas en todos los carteles allí pegados a lo largo de los años, todas las pinturas desconchadas, los anuncios de se busca piso, los perritos perdidos, las piedras, ladrillos, maderas, chapas y manchas inciertas.

Consultando la historia urbana de Alicante, llegamos a establecer una fecha aproximada para el nacimiento de la Calle Pintor Velázquez. Los 4 carteles tratan de hacer visible esa edad.

...como siempre, en la calle Pintor Velázquez

4 mar 2012

3. El mensaje

En El mensaje hablamos de otorgar memoria a las paredes.
Pero sobre todo de hacerlas hablar, de que reflejen la disparidad de opiniones de los individuos que caminan por ellas. De hacerlas discutir, decir lo que nosotros queremos que digan: tachar lo anterior, borrar lo que no nos gusta, poner algo encima, corregir, ensuciar, hacer ilegible, estropear, burlarnos pintando bigotes al alcalde o al papa. Tachando esvásticas. Tachando hoces y martillos. Tachando Emes de Mcdonald's. Y poniendo unas encima de otras hasta que ya no hay manera.

Pues bien, incorporando lo aprendido en 1 y 2 (la fundamental aparición del ser único e irrepetible bajo el disfraz del paseante anónimo), hemos colocado los siguientes carteles.

a/// el dilema infinito por antonomasia: Te Quiero / No Te Quiero 
b/// el dilema simplificado y ampliado: Sí / No a lo mejor
c/// la única encuesta urbana posible: Si / No ...me haces... Reir / Llorar ... De alegría / De pena
d/// la mancha, el error, el tachón elevado a la categoría de Arte Urbano





...como siempre, en la calle Velázquez de Alicante.

4 jun 2011

2. Especies de extinción inevitable

¡Hola!
Gracias a nuestra correspondencia con Sara, nos pareció digno avanzar un poco más en la comprensión del hecho identitario en la ciudad...

/Salimos a la calle/ 
/Elegimos 4 puntos y fotografiamos a 4 personas/ 
/Realizamos 4 carteles con sus fotos/
/Pegamos los carteles en los mismos sitios donde fueron sacadas las fotos/

A las reflexiones de la anterior intervención añadimos algunos toques de nuestro análisis de la Cabra de Canpo que realizamos en este blog hace tantos y tantos meses...

Convirtiendo a los paseantes anónimos en seres únicos, llamando la atención sobre su realidad física, su fragilidad como seres vivos, su extinción inevitable y, especialmente, su capacidad de ser amados, violentamos su certeza en pasar desapercibidos, en no ser molestados, en no ser fijados, controlados, ni siquiera amados.
Probablemente salieron de casa para solucionar algún asunto práctico de la manera más económicamente posible.
Nuestra perversión les puede incomodar. Lo entendemos. Pero no lo sentimos.
Andar por la calle entraña sus riesgos.
Puede que te atropelle un camión.
O puedes provocar un monumental estallido de amor colectivo.
Nunca se sabe.

fotos: ¡gracias Gitaneta!

19 may 2011

1. GPS (Homenaje a Alguien)

Esta intervención se deriva de nuestro análisis del Aquí estuvo alguien con El Lastra/ 2 veces.
Todas las marcas se encuentran en la C/ Pintor Velázquez de Alicante

Sociedad de control, posicionamientos GPS, dónde está tu novia, dónde están tus hijos... el ojo que todo lo ve, el ojo de Dios... el Gran Hermano, HAL9000 velando por tu seguridad, controlando tus constantes vitales... el marcador de Google Maps volando sobre el mapa buscando un punto donde clavarse



Por último, adjuntamos la génesis icónica de la propuesta:

1 may 2011

el coño empringa


(Hace tiempo que deseábamos comentar esta foto. La tomé hace mucho en algún callejón del Albaicín. No sé exactamente dónde.
Seguimos hablando de sexo y deseo)

el coño empringa
Precioso mensaje. De nuevo obvio, innecesario, libre.
Inusualmente cuidado en los colores, sencillo y puro.

el coño empringa
Uno no se cansa de saberlo.
Como que la ciudad se empringa de la vida sus paseantes.
Y que si no fuera así, no nos gustaría (ni una cosa ni otra).

Lo necesario debe dejar rastros. No entiende de asepsia ni demás estéticas.

Esta obra rezuma una clara reivindicación por la visibilidad de lo femenino que respetamos y apoyamos.
Pero no podemos dejar de apreciar que se nos abren nuevas posibilidades interpretativas que, multiplicándose sobre la más evidente, pueden conferirle una densidad conceptual de mucho mayor calado:
Ahora podemos ver la ciudad como matriz de vida, como lugar donde podemos nacer. Como espacio de amor y violencia. Sexo y conocimiento del otro.

Ya lo sabemos: para eso tenemos que tocarnos.
Y tocar las paredes. Empringarlas y empringarnos.
Ya lo sabemos.

Buenas noches.

14 nov 2010

Esto es pintalabios


La noche se hace día y quedan rastros.
Quedan vasos por los suelos, restos orgánicos irreconocibles.

Aquí tenemos un rastro de la noche, casualmente un rastro de carmín.
(Suponemos que es obra de una mujer, aunque en rigor no tiene porqué. No le daremos mayor importancia.)
Si miramos más de cerca, veremos el reverso irónico de Esto no es una pipa, o sea, irónico al cuadrado. Pero donde Magritte puede parecernos hoy algo sabiondillo (¡Ah, que es la imagen de una pipa, qué cosas tienes, René!), nuestra autora rezuma sencillez y generosidad.
Porque esto sí es pintalabios.
Vemos, en la frivolidad de este mensaje autorreferencial y vacío, una reivindicación del puro placer de escribir en las paredes, de decir algo, dejar un rastro. Cuando en la noche ya no sabes qué va a ser de ti en la próxima hora, quizá dejar un rastro de tu presencia fugaz junto a cierta pared sea un acto fundamental de supervivencia.
Y al hacerlo con pintalabios ¿no estamos abriendo el camino a una vivencia erótica de la ciudad? ¿No expresa nuestro deseo de pared, de ciudad, de relación?

Desde aquí animamos a nuestros lectores a pasar de ligar en la ciudad, a ligar con la ciudad.
Aquí tienen un ejemplo.

24 oct 2010

El tapiz


Miren fijamente esta pared
e imaginen
su vida
(la de ella, no la de ustedes)

El mensaje

C/ Arabial, Granada

Aquí hubo un día un mensaje. Y luego alguien lo tachó. Y luego otro puso lo contrario.
Y luego pusieron carteles. Los quitaron. Y alguien trató de limpiarlo todo pero no pudo.
Mejor así porque ahora podemos saber que aquí pasaron grandes cosas.
Al menos pasaron cosas.

Ya no se sabe lo que puso cada uno. Ya no caben más mensajes. Después del debate, la discusión y el enfado (probable) sólo nos quedan las manchas mezcladas y los colores.

O ¿cómo hacer que una piedra tenga memoria?

13 may 2010

no hay alhambra...


Encontramos este sutil poema amoroso, sencillo y emotivo, hace justo un año en uno de esos callejones bajo la Alhambra.
Es tan granaíno que dudo mucho que su autor/a lo sea.
[Mencionar la Alhambra y una cueva en tres líneas nos parece demasiada casualidad para no tratarse de un/a estudiante de paso. Su tierna nostalgia nos hace pensar en esos Junios en Granada, tan decadentes...]

Los aires de este poema nos trasladan hasta la poesía amorosa árabe, o al menos a aquella que, sensual hasta la extenuación, rebosante de brillos y reflejos de oro y marfil, espejos de agua y trenzas estrelladas, y apoyada en la arquitectura palaciega más esplendorosa, ponía todo su empeño en exacerbar al máximo nuestros sentidos: de tanta maravilla como sentía uno, se creía en el cielo.
Las cosas han cambiado mucho desde el siglo XI, y sin embargo ese espejismo sigue siendo trabajado profundamente (aunque de una manera mucho más burda), de forma que Granada pueda revender cada día su propia imagen irreal (ideal, podríamos decir).

No voy a insistir en estas ideas. La obra de hoy será mucho más elocuente que nuestros razonamientos. Escrita sobre el más humilde de los ladrillos de la esquina más sucia y con el peor de los rotuladores negros, dice:
No nos importan nada esos brillos. Una ciudad es otra cosa, está en otros sitios más... reales. En esta sucia esquina de este sucio callejón, por ejemplo. Se escribe con este rotulador barato, por ejemplo. Y la escribimos personas como nosotros, sin nombre ni carnet ni cara, de noche y solos, por ejemplo.
Personas que escriben poemas por las paredes.
Y no nos volverás a ver.

Seguid escribiendo la ciudad, que falta le hace.

Un abrazo.

18 mar 2010

Aquí estuvo alguien

(localización olvidada)

En las ciudades suelen aparecer este tipo de muestras con cierta frecuencia. No obstante, ésta nos atrae especialmente... Aquí estuvo alguien con el lastra / 2 veces

Cabe señalar que estas marcas funcionan como un reverso irónico del GPS: mientras éste, mediatizado a través de un fino entramado tecnológico, puede indicarnos dónde se encuentra alguien en determinado instante, aquéllas, rotulador mediante, nos dicen que aquí estuvo alguien en algún momento...
Frente a la fría desfachatez chivata del GPS, estas frases nos llenan de intriga y nos revelan una ciudad que aun admite misterios sin posible resolución, empezando por el misterio de lo real del ciudadano anónimo, ilocalizable pero ubicuo.

Por si fuera poco, nos recuerdan que en la ciudad hay gente, personas que se mueven por ella, están en sitios y luego se van. No nos parece ninguna perogrullada semejante recordatorio, cuando asistimos cada día a una continua espectacularización del escenario urbano, donde nada puede ser si antes no lo parece.
Pues bien, aquí tenemos una simple afirmación, cuya franqueza nos parece fuera de toda duda (¿a alguien le cabe en la cabeza que realmente ahí no hubiera habido nadie con el lastra, dos veces?). No nos vende nada, pero nos informa de ciertas cosas muy valiosas. No finge, ni siquiera lo disfraza bajo una estética aceptable: no lo necesita.

Agradecemos a la pintada de abajo que haya confeccionado un asiento tan adecuado a nuestro amigo de hoy. Y nos despedimos, hasta pronto.

28 feb 2010

Chut

C/ Santa Isabel La Real
(obra desaparecida)

Nos encontramos ante una curiosa colaboración entre 3 (quizá 4) autores, que no tratan de ocultarnos la divergencia radical entre sus planteamientos artísticos (podríamos decir vitales).

Sin duda, el primero en actuar, el que tuvo que enfrentarse a la pared en casi-blanco, lo hizo mediante una mancha negra recortada que ilustra lo que parece un jugador de fútbol después de un buen chut. La técnica de la plantilla indica una tendencia objetivizadora y fría, que refuerza el uso de spray negro sobre fondo blanco. Parece que el autor/a trata de informarnos de algo que efectivamente ha pasado, como si lo estuviéramos leyendo en un periódico. Si esto es así, nos parece reconocer un mensaje claramente optimista que emana de esta figura: nos contagia con la energía voluntariosa del delantero que acaba de chutar, al que vemos desde atrás porque es de nuestro equipo, y deseamos que esa pelota que no vemos alance la red rival, sea ésta cual sea...
Cabe la posibilidad de que exista alguna intención crítica (contra el espectáculo del fútbol o algo así) que no alcanzamos a ver. Si es así, se trata de un intento absolutamente fallido.

En cuanto a la siguiente actuación, tendemos a pensar que se trata de las letras blancas "KK", cuya mano nos es conocida y veremos más adelante en estas páginas. Éstas se meten de lleno en el lenguaje objetivista del primer autor (algo que esta segunda mano utiliza constantemente y ha formado parte de su marca de la casa): los colores se invierten tal como se pretende rebatir el mensaje, guardando su pureza, mientras que la tipografía es fría y directa.
La disconformidad de este autor/a presenta una forma de rechazo total a sus predecesores y compañeros (en otra ocasión nos ocuparemos de sus propias obras, las cuales son inusualmente respetadas). No se interesa por la reflexión ni el debate: simplemente quiere decir que todo es una KK. Esta postura nos encanta. No necesitamos más que personas que se lancen a la calle con un pincel en la mano con ganas de decir lo que piensan (o lo que no piensan). Sin esa actitud la expresión urbana, simplemente, no existiría.

Por último, la figura-símbolo en rojo acaba por humillar del todo a la pintada primera. Quizás ha sido obra de dos personas, o de la misma en diferentes momentos (primero el dibujo del pene, y posteriormente el símbolo anarquista), pero nos inclinamos a pensar que no.
Digamos de esta intervención que podría responder a los mismos incentivos que la anterior, pero sin sus sutilidades estilísticas. Un rojo violento viola al jugador optimista, reduciéndolo a estupidez vacua, a signo ingenuo y despreciable. No obstante, reconocemos que la desvergüenza con que se ha realizado este nuevo "punto de apoyo" del jugador, cierra el conjunto de un manera irónica e inconformista que le hace subir varios escalones en nuestra valoración.

Una gran obra.

10 ene 2010

Cabra de Campo

C/ Cardenal Mendoza

Inquietante obra...
Es uno de los pocos casos en los que se nos presenta la obra de un solo artista sin contaminaciones ni interferencias.
Su estilo es urgente y puro: trazos directos de rotulador negro, nerviosos e irreverentes.
A primera vista vemos una obra joven, presurosa y descuidada, sin apenas interés desde un punto de vista intelectual. Sin embargo, y quizás sin que sea consciente el propio autor/a, estos burdos trazos atraviesan profundos estratos de la historia del arte:
¿Acaso no estamos ante la "pintura rupestre" del siglo XXI, cuando ya no recordamos cómo son las cabras de verdad?
¿Su aparente inocencia infantil no encierra una perversión naif en su visión del mundo natural?
¿No es una tremenda chanza surrealista señalar como "cabra de canpo" (sic) este engendro con lengua de serpiente, rabo enroscado, boina y perilla triangular?

Establecer respuestas no es tan divertido. Lo que nos gusta es abrir debates.
Feliz año nuevo.

15 dic 2009

Simplemente me gustas


¿Es esto el nivel cero del arte urbano?
Quizás.
Creo recordar que se encuentra en Calle Elvira, esa inacabable sala de nuestra Galería.
Un enlucido blanquísimo con la esquina rota (primero se rompió y luego lo repintaron), desde donde asoma el ladrillo escondido.
Un lugar conflictivo, finamente escogido, que dota a la obra de un trasfondo pseudo-trágico que la transforma en una frase de esperanza. Una frase de rotulador.
Simple
mente.
No sabemos si el corazón de abajo es del mismo autor, pero creemos que no.
En ese caso, estaríamos ante otro ejemplo de arte colaborativo, libre e inesperado.
Pura contemporaneidad.
Por no hablar del contenido. A veces nos dejamos llevar por el análisis formal y nos olvidamos del mensaje. Qué quiere transmitir el autor. Desde aquí queremos insistir en la pertinencia de estos mensajes tan frecuentemente menospreciados. No detectamos ningún exceso. Antes bien, su simplicidad y discreción hacen pensar en una declaración abierta y sincera, si no de puro amor, casi casi.
Esto,
simple
mente
nos gusta.

2 dic 2009

Ejercicio práctico

Bueno, no sabemos muy bien si ponernos dramáticos. Quizá algún día, pero no hoy...
Hoy vamos a proponer un ejercicio práctico para realizar en las calles.
Como sabéis, no se puede cantar, comer, beber, jugar, sacudir alfombras, regar plantas, pintar, echar el tarot, ni nada de nada. Bueno, desde nuestro punto de vista, la vida puede ser muy divertida con tanta restricción.
Vamos con el ejercicio:

Coge una guitarra y vete a una plaza perfectamente caracterizado de "músico" (eso cada uno que lo interprete como quiera). No pongas la funda en el suelo, que si te echan dinero la cagas. Toca una nota, sólo una. Si no pasa nada, toca la misma nota dos veces. Luego tres... ¿Cuándo considerará el policía local que eso que haces es música para echarte? ¿O simplemente lo hará porque pareces un músico?

Pueden hacerse grandes estudios antropológicos con estos fenómenos.
Desde aquí os animamos a que los llevéis a cabo ¡y nos aviséis para verlo!

El Mono Que Fuma Cabreado

Esta obra es un clásico que lleva mucho tiempo en exposición.
Su mutilación no ha hecho más que incrementar nuestro aprecio por ella.
Ánimo al mono que fuma cabreado.

Acto Fundacional

Despojo Urbano orgullosamente declara hoy, día 2 de diciembre de 2009, a la ciudad de Granada como

Galería Abierta de Expresión Urbana

La ciudad dispone de más de 87 Km2 de exposición.
Su obra puede ser vista por más de 200.000 visitantes, sin contar a los turistas.
Todas las exposiciones serán de carácter temporal, aunque en algunos casos la retirada puede alargarse años y años.

Si, una vez expuesta, deseas publicar tu obra en este blog,
manda lo que quieras a