C/ Cardenal Mendoza
Inquietante obra...
Es uno de los pocos casos en los que se nos presenta la obra de un solo artista sin contaminaciones ni interferencias.
Su estilo es urgente y puro: trazos directos de rotulador negro, nerviosos e irreverentes.
A primera vista vemos una obra joven, presurosa y descuidada, sin apenas interés desde un punto de vista intelectual. Sin embargo, y quizás sin que sea consciente el propio autor/a, estos burdos trazos atraviesan profundos estratos de la historia del arte:
¿Acaso no estamos ante la "pintura rupestre" del siglo XXI, cuando ya no recordamos cómo son las cabras de verdad?
¿Su aparente inocencia infantil no encierra una perversión naif en su visión del mundo natural?
¿No es una tremenda chanza surrealista señalar como "cabra de canpo" (sic) este engendro con lengua de serpiente, rabo enroscado, boina y perilla triangular?
Establecer respuestas no es tan divertido. Lo que nos gusta es abrir debates.
Feliz año nuevo.