¡Hola!
Gracias a nuestra correspondencia con Sara, nos pareció digno avanzar un poco más en la comprensión del hecho identitario en la ciudad...
/Salimos a la calle/
/Elegimos 4 puntos y fotografiamos a 4 personas/
/Realizamos 4 carteles con sus fotos/
/Pegamos los carteles en los mismos sitios donde fueron sacadas las fotos/
A las reflexiones de la anterior intervención añadimos algunos toques de nuestro análisis de la Cabra de Canpo que realizamos en este blog hace tantos y tantos meses...
Convirtiendo a los paseantes anónimos en seres únicos, llamando la atención sobre su realidad física, su fragilidad como seres vivos, su extinción inevitable y, especialmente, su capacidad de ser amados, violentamos su certeza en pasar desapercibidos, en no ser molestados, en no ser fijados, controlados, ni siquiera amados.
Probablemente salieron de casa para solucionar algún asunto práctico de la manera más económicamente posible.
Nuestra perversión les puede incomodar. Lo entendemos. Pero no lo sentimos.
Andar por la calle entraña sus riesgos.
Puede que te atropelle un camión.
O puedes provocar un monumental estallido de amor colectivo.
Nunca se sabe.
fotos: ¡gracias Gitaneta!