(Hace tiempo que deseábamos comentar esta foto. La tomé hace mucho en algún callejón del Albaicín. No sé exactamente dónde.
Seguimos hablando de sexo y deseo)
el coño empringa
Precioso mensaje. De nuevo obvio, innecesario, libre.
Inusualmente cuidado en los colores, sencillo y puro.
el coño empringa
Uno no se cansa de saberlo.
Como que la ciudad se empringa de la vida sus paseantes.
Y que si no fuera así, no nos gustaría (ni una cosa ni otra).
Lo necesario debe dejar rastros. No entiende de asepsia ni demás estéticas.
Lo necesario debe dejar rastros. No entiende de asepsia ni demás estéticas.
Esta obra rezuma una clara reivindicación por la visibilidad de lo femenino que respetamos y apoyamos.
Pero no podemos dejar de apreciar que se nos abren nuevas posibilidades interpretativas que, multiplicándose sobre la más evidente, pueden conferirle una densidad conceptual de mucho mayor calado:
Ahora podemos ver la ciudad como matriz de vida, como lugar donde podemos nacer. Como espacio de amor y violencia. Sexo y conocimiento del otro.
Pero no podemos dejar de apreciar que se nos abren nuevas posibilidades interpretativas que, multiplicándose sobre la más evidente, pueden conferirle una densidad conceptual de mucho mayor calado:
Ahora podemos ver la ciudad como matriz de vida, como lugar donde podemos nacer. Como espacio de amor y violencia. Sexo y conocimiento del otro.
Ya lo sabemos: para eso tenemos que tocarnos.
Y tocar las paredes. Empringarlas y empringarnos.
Ya lo sabemos.
Buenas noches.
Ya lo sabemos.
Buenas noches.
En el Sur, es costumbre mojar la pringá en la leche; los ves como les cae el sobrante por la comisura de los labios y esa cara de felicidad lo dice todo. Es magnífico empringarse!
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